NESTOR TORRES EN EL FESTIVAL MIAMI

NESTOR TORRES EN EL FESTIVAL MIAMI

Realmente, la del 29 de octubre, fue una noche muy cálida, pues el flautista puertorriqueño Néstor Torres no sólo es un excelente músico, sino una persona muy auténtica, quizá demasiado, pues quería conversar tanto con el público que muchos al final nos impacientamos, y posiblemente, algunos músicos también. Y no es que sus palabras estuvieran faltas de interés o de sinceros sentimientos, sino que todos queríamos escuchar más sus música que sus palabras.

      El maravilloso flautista se presentó con la Orquesta del Instituto Henry Mancini que tiene su residencia en la Escuela de Música Frost de la Universidad de Miami, y la verdad que los jóvenes se lucieron con un programa tan versátil como el famoso y querido solista que no se había presentado en ese evento desde hacía 13 años, según compartió con el público.

       Primero, el Concierto en sol mayor (para flauta, bajo continuo y orquesta de cuerdas), de Pergolesi, una verdadera dulzura barroca, en la que el solista se lució, y los alumnos, bajo la dirección del polifacético Scott Flavin (2do violín del Cuarteto Bergonzi y magnífico arreglista) le dieron su ajustado marco. Sin embargo, la segunda oferta fue mucho más satisfactoria, el Concierto para flauta y orquesta, de Ibert, estupendo compositor de corte impresionista cuya ausencia en las salas de conciertos es totalmente injustificable.

      A pesar de que se trata de una obra más compleja, tanto el solista como los alumnos lograron una mayor expresividad y exquisito refinamiento. Digno de haberse grabado, y de ser aplaudido de pie, como lo fue. Pero por supuesto, la segunda parte de la noche, orientada al jazz y los ritmos latinos, fue lo más gustado y aplaudido.

      Torres cambió de lo clásico al jazz con la misma facilidad que sustituyó su elegante traje color melcocha y su corbata, por una combinación negra y camisa de cuello abierto para estar más a tono con el movido repertorio que vendría después del intermedio. Primero su ya famosa creación Tiger Tales, sabrosísima y en la que no sólo Torres desplegó su virtuosismo, sino que los miembros de la orquesta, especialmente la batería y el encargado de las tumbadoras, se dieron gusto.

      Una tras otra, El condor pasa, To Henri Mancini: A Flautist’s Homage, Pablo Pueblo y muy especialmente, la bailable y riquísima Isla del encanto, fueron aplaudidas con ganas. Muy emotivo el medley con las más conocidas melodías de Mancini transformadas con ritmos caribeños.

        Entre tema y tema, Torres conversaba íntimamente con el público y reconoció la presencia de su familia en el público. Momento que aprovechó para hacer la historia de cómo su padres, aunque se sorprendió de que quería estudiar la flauta, lo apoyó en todo y le permitió estudiar con los grandes maestros de los distintos géneros desde el francés Jean Pierre Rampal hasta el cubano Richard Egües.

        Debo consignar que también durante la segunda parte hubo problemas con los micrófonos, tropiezo que Torres supo sortear con humor y profesionalismo, pero que también pueden haber aumentado la situación de impaciencia de la que hablé al principio.

       Antes del cierre con Somewhere over the Rainbow, Torres volvió a hablar de los sueños que se alcanzan a pesar de todas las dificultades y de cuán honrado se sentía porque el flautista de la orquesta había emprendido los estudios de ese instrumento después de haber escuchado un disco suyo, lo que para él era un honor. Por supuesto esta pieza tuvo una tremenda ovación, por lo que luego solista y orquesta entregaron una magnífica improvisación sobre una melodía que no logré reconocer y que Torres sólo advirtió a los músicos, en inglés, como: “Do menor, y el que la conozca, que la siga como pueda’’. Increíble alarde de improvisación, con dúo de flautas entre Torres y el mencionado alumno, igualmente destacados los metales, la percusión y el chico del contrabajo. Un verdadero disfrute que volvió a poner a todos de pie. Sin duda una de las mejores noches de este Festival que va tocando a su fin.